1.6.22

UN TERREMOTO QUE NO DEBEMOS OLVIDAR, ¿ESTAMOS PREPARADOS?

Hace 52 años, el 31 de mayo de 1970, a las 3:23 p.m., ocurrió un terremoto de magnitud 7.9 con epicentro en el mar de Áncash que se llevó más de 50 mil vidas. En tan solo 45 segundos, Huaraz quedó en ruinas, totalmente destruida. Las casas se desplomaron sobre sí misma y hacia la calle, la ciudad de Yungay había sido sepultada en lodo por el aluvión causado por el bloque de hielo que se desprendió del Huacharán. Así también la ciudad de Chimbote quedó destruida.

 Esta tragedia trajo consigo el cambio de visión sobre los desastres naturales, creándose en el año 72 el Sistema Nacional de Defensa Civil (SINADECI), hoy Defensa Civil.

Imagen: BcaNoticias 24/7  

A raíz de este recordatorio, me pregunto: ¿En Lima estamos preparados para un terremoto de gran magnitud?  DEFINITIVAMENTE NO.

Como dice Hernando Talavera, jefe del IGP: “La cultura de prevención empieza cuando las personas saben construir las casas y en qué suelos. (…) Hay un gran porcentaje de viviendas autoconstruidas en suelos no adecuados, estas, en caso de un terremoto, podrían tener un nivel importante de daños”.

Por ello he visto conveniente describir algunos puntos débiles de Lima frente a un terremoto, según mi parecer:

  1. AUTOCONSTRUCCIÓN SIN ASESORÍA, En si está bien que la gente auto gestione la construcción de sus viviendas, el problema es que esta no cuenta con asesoría técnica profesional, ni si quiera en la construcción de los cimientos, que son los que sostienen la vivienda, por ello para abaratar costos por parte de los propietarios y/o albañiles, se utilizan productos de baja calidad como ladrillos panderetas, fierros de menor espesor del adecuado, etc.
    Vivienda autoconstruida en el aire en un cerro.

  2. PESIMA UBICACIÓN DE LAS VIVIENDAS, Mucha gente por buscar un techo propio, construye en lugares no aptos para la construcción, como son los cerros en la periferia de Lima, pero no solo eso, la mayoría de edificaciones en La Molina, están construidas sobre suelo arenoso, lo cual es totalmente perjudicial en caso de un terremoto, otro punto álgido son los edificios modernos ubicados en la parte alta del acantilado de la Costa Verde, estos edificios de por sí ya son una sobrepeso para el suelo de dicho acantilado, sin ir muy lejos en un sismo ocurrido recientemente trajo consigo el deslizamiento de tierra, rocas y polvareda en la Costa Verde.
    Sobre peso de edificaciones en el acantilado de la Costa Verde

  3. CERO PREVENCIÓN, En cada fecha como la conmemorada por el terremoto, se realizan “simulacros”, los cuales son un saludo a la bandera y hasta terminan siendo motivo de burla, ya que en estos muchas veces los supuestos heridos sufren accidentes reales por la falta de preparación que se tiene para maniobrar camillas, extintores, etc. Por otra parte, y siendo sinceros a la gente no le interesa la prevención, solo se preocupan un día o dos luego de un fuerte sismo, pero ¿Cuantos realmente se encuentran preparados? Si se realiza un censo, estoy seguro que menos del 50% de viviendas cuenta con una mochila de emergencia o conoce las rutas de evacuación y zonas seguras dentro de sus hogares.
    Serenazgo se cae en mal simulacro.

Por ello, debemos exigir a las autoridades municipales:

  • Fiscalizar las zonas de riesgos en donde no se debería permitir construir, aunque muchas autoridades en campaña van a esas zonas prometiendo títulos de propiedad a cambio de votos.
  • Crear campañas de concientización y de implementación real de una red de prevención local.

Y por nuestra parte debemos de tomar una real conciencia de la catástrofe que sería para la ciudad de Lima un terremoto de gran magnitud, dentro de nuestros hogares y lugares de trabajo tener identificadas las zonas seguras y rutas de evacuación, tener por lo menos si no una mochila un bolso de seguridad con lo mínimo necesario en caso de un sismo. 

Johao Rodriguez H. 


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