El majestuoso y perfectamente simétrico Grand Budapest Hotel se eleva por sobre su entorno alpino con un fuerte carácter vintage, marcando el tradicional estilo de Wes Anderson, su director. La cinta -recién estrenada en Estados Unidos- se desarrolla en el año 1930, en la ciudad ficticia de Zubrowka, un lugar que Anderson llama "nuestra propia versión inventada de la Europa del Este" y se centra en la historia de uno de los conserjes del hotel, en el contexto social del período de entre guerras.
Según la sinopsis original: "The Grand Budapest Hotel cuenta la historia de Gustave H., el conserje en un legendario hotel en Europa y su amistad con una joven empleada que se convierte en su protegida de confianza. La historia trata sobre el robo y la recuperación de una importante y valiosa pintura renacentista, la batalla por la enorme fortuna de una familia y los levantamientos lentos y repentinos que transformaron Europa durante la primera mitad del siglo 20. Todo enmarcado por una vistoza y algo exagerada estética referente a los años '30, entre las dos guerras mundiales."
Pero lo que más me llamo la atención fue su humor refinado, no al que nos tiene acostumbrado el Mainstream Hollywoodense, el detalle de la trama y de cada escena, los planos que se ven, todos son un cuadro, un lienzo, una pintura; el contraste de colores fuertes como el rojo y el morado y de los paisajes pasteles y hasta lugrubes por momentos.
La disposición de los elementos en cada escena es matemática y se denota con ello el gusto del director por la estética y refleja su universo muy personal.
Otro punto aparte es el desarrollo de los personajes el contraste entre Gustave H. y Zero Moustafa, personajes inolvidables.
Acá les dejo el trailer:
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