Hace ya varios años, un alumno que coincidió conmigo en una academia, del cual ni siquiera recuerdo su nombre porque solo hablé con él una sola vez, me dijo:
“Los renders que salen en las revistas de arquitectura son pornografía arquitectónica”
Al principio me hizo mucha gracia el comentario, pero más tarde, pensándolo, me di cuenta de cuánta razón tenía. No se porqué, pero esa frase se me quedó marcada en la mente. Hoy, me gustaría escribir sobre ello, pero sobre todo, hablarlo en clave de humor.
En cierto modo, las imágenes, renders e infografías que muchos de nosotros creamos se parecen mucho a la fantasía y engaño que provoca la pornografía. Cuerpos desnudos perfectamente esculpidos de bellas proporciones, algo así es lo que intentamos hacer creer a los demás de nuestros proyectos. Embellecer e idealizar algo que, aunque pueda llegar a ser así, en la mayoría de los casos no lo es.
La sensualidad de las imágenes que proyectamos llegan a veces a ser tan irreales que provocan la risa. Llegan a ser pornográficas. No hay más que abrir una revista de AV Proyectos para entender de lo que hablo.
Es por ello que he creado una lista. Si, he aquí el gran momento, los 7 pecados capitales de la pornografía arquitectónica:
1. Crear renders nocturnos:
Un clásico. Muchos arquitectos se empecinan en crear imágenes de situaciones que nunca se van a producir, por ejemplo, un uso intenso durante la noche. Una impresionante imagen explosiva de luces y sombras cautivadoras, cuando con un alto porcentaje de probabilidad, eso no pasará nunca. Ya me imagino la derrama a la que se tendría que enfrentar la comunidad de vecinos ante tal factura de la luz.
2. Siluetas de personas realizando actividades que no proceden.
Por ejemplo, poner a niños jugando a la pelota cuando nunca lo permitirían, mujeres sentadas en un banco de un parque utilizando un ordenador portátil, gente en medio de la carretera,… Vale, muchos no tenemos un extenso banco de siluetas para poder insertar, pero una cosa no quita a la otra.
3. Espacios hiperpoblados
Es el punto anterior pero llevado al extremo. He visto bastantes renders ya sean de plazas, espacios abiertos, habitaciones, halls, etc que casi podrían tener el mismo aforo que una plaza de toros. Está claro que no hay nada más gratificante que ver cómo la gente recorre, usa e interactúa con tus propios proyectos pero insto por una reflexión real de cuanta gente va a utilizar tu espacio.
Quizás haga falta calcular alguna que otra combinación de hipótesis.
4. Espacios iluminados donde ni siquiera llega el sol
Ésta me encanta. La gran mentira de los espacios híper iluminados. Ya puede dar tu ventana al norte que en el render aparecerá un haz de luz que rivalizará con el destello de cualquier meteorito cayendo sobre la tierra.
5. El difuminado
O también conocido como el ataque del Photoshop. El uso del difuminado es como el maquillaje que las chicas se ponen antes de salir un sábado noche.
Cada vez que veo imágenes con este tipo de efectos, me siento como si me hubieran abierto las mismísimas puertas del cielo. No sabes porque, pero te rodea un aura de grandiosidad y admiración irrefrenables.
Es como cuando ves a una mujer en una discoteca y estás borracho. Da igual lo fea que sea, te gustará sí o sí.
6. El de la bici
Incluir la silueta de un hombre montando en bici pasando por delante de tu proyecto es un clásico que se remonta a tiempos inmemoriales y se ha venido estableciendo como una de las bases de la arquitectura. Da igual que ni hayáis previsto un parking de bicis, esa persona DEBE de estar ahí. Como si fuera mocito feliz.
En serio, haced memoria y recordad algún render en el que no hayáis visto la silueta de una bici, seguro que no está más allá de 2 meses.
7. Vegetación, mucha vegetación
Cuanta más mejor. Y si son de especies que solo podrías encontrar en otros continentes, excelente.
En algunos renders hay tal cantidad de vegetación que ellos solos podrían ser declarados como reserva natural.
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